martes, 12 de diciembre de 2017

In-auténtica.

Acaricias la misma taza de café todos los días. Las mismas nubes en el cielo urbano, trayectos idénticos  como gotas de lluvia. ¿para qué? ¿dónde está tu ancla? El mismo naufragio en la seguridad de una vida ficticia. ¿No la has visto acariciando las navajas?, ¿no te das cuenta de como miraba el arrecife, a punto de saltar? Una vez alguien le dijo que cuando cruzas una puerta nunca sabes si es la última vez que la cruzas,y ella jamás lo olvidó. Ha olvidado 10000 ojos, 2000 de ellos azules, ha olvidado incluso la mitad de las frases que le dedicó aquel a quién tanto amó. Ha olvidado los nombres de demasiadas personas. 
Vuelves los ojos a tu periódico, para descubrir idénticos sucesos, mañana verás en la oficina el mismo gesto desagradable en las manos de tu compañero. A final de mes, recibirás la cantidad esperada en la cuenta pero no lo disfrutarás. La sucesión se produce como una melodía infinita y permaneces tranquilo.

Volvamos a ella. A su tendencia a proyectarse hacia el vacío, estaba buscando un ancla. Casi lo consigue. Entonces sucedió algo inesperado y volvió a correr hacia el abismo. De pronto, lo comprendió. Si se muriese mañana, aquella decisión, de todas, ha sido la mejor. 

lunes, 30 de octubre de 2017

Malos hábitos II

"Eres tan inofensiva, ni siquiera tienes caninos". Pero nunca te preguntaste por qué.

Cualquiera no se destroza los dientes.

viernes, 27 de octubre de 2017

Natalie

Le sorprendió el amanecer, insomne, con los ojos fijos en el pequeño mueble marrón. Los muebles hablan, pensaba, cómo no me he dado cuenta nunca. Sus palabras mudas me transportan a nuestros días felices, cuando apareció de súbito, desbaratando mi mundo, transformando mi deseo.

Era la juventud, el valor de haber confesado al fin mis preferencias por las voces más dulces. Y de pronto, ese hombre, enorme, peludo, español. Con el físico idóneo para la violencia y el alma entregada a la paz y la caricia. Con esa voz grave que tantas noches me susurró palabras de amor. ¿Cómo no iba a dejarlo todo por este amor de Pirineos? La felicidad entre árboles, aeropuertos y... esta casa. Nuestros muebles, todos estos años.

Y ahora, te has ido, de pronto. Sin tiempo para despedidas. Me has dejado sin piernas y sin brazos, inmóvil, con los ojos fijos en el pequeño mueble del salón donde nos dejábamos recados. 

Entonces empezaron las voces, primero tenues, después fuertes, insolentes. No me gusta como está reaccionando, no me ha dado ni siquiera las gracias por ayudarle con mis contactos en el hospital. Desde luego no parece ella, casi ni me saludó en el entierro. Le escribo para darle el pésame y ni una palabra. Él también era nuestro amigo, qué se cree. Mira que no hacer una ceremonia religiosa tal y como querían sus padres, qué desprecio, era su hijo.

Natalie, retorcida en el suelo, con los ojos fijos en el viejo mueble. Natalie cubierta de un dolor indecible, pensando en las reacciones de sus suegros después de la fuerte discusión.
Nunca me quisieron, una mujer francesa  con el pelo corto como un hombre, con mis ropas cómodas, con mi rostro libre de maquillaje. El me amaba así y jamás lo comprendieron, como tampoco podían respetar su última voluntad. No quería una ceremonia católica  y he tenido que utilizar las pocas fuerzas que me quedaban para hacer respetar ese deseo. Creo que nadie lo comprende, nadie más que tú, viejo mueble, que nos viste cada día en nuestra convivencia, que presenciaste todo este amor que ahora me devora, que me ha sumido en un universo en el que no existen las convenciones sociales.

Intenté decir gracias, pero no pude llegar a la S, intenté saludar a la vecina en el ascensor todos estos días, pero no lograba proyectar la voz. Las caras, las palabras de apoyo, todo me resulta indiferente. Se ha ido para siempre y solo me queda esta casa que va a derrumbarse de un momento a otro, esta ciudad extraña que aprendí a amar únicamente por él, y tú, tú, viejo mueble.

Pero se acabó. Tengo que dejarte, coger ese último avión, el de regreso. Francia, espérame Francia, espérame para revivir.

Natalie se marchó de España, despidiéndose tan solo del viejo mueble, y las voces, poco a poco se extinguieron para renacer en otros asuntos.

domingo, 1 de octubre de 2017

Dragonheart

Soñé que te hablaba con crudeza, escogiendo las palabras más crueles. Despiadada. Como si no compartiéramos el iris de los ojos, el de los inadaptados. Como si no nos hubiésemos prendado de cada atardecer con el mismo afán romántico, ni cruzado a nado el mediterráneo respirando vida a bocanadas.

Fría. Imperturbable. Olvidando las historias que inventaste cada día, creando un mundo sólo para mí. Ya no puedes gritarme, te decía, ya no puedes definirme.
Entonces tu corazón no podía soportarlo y estallaba. Y mi corazón se rompía al unísono, en un reflejo perfecto. Como en Corazón de Dragón ¿te acuerdas?

Destrozarte es destrozarme, herirte es clavar el cristal en mi propia carne.

Cómo me impactó aquella película, tanto que jamás la volveré a ver. No podría con la decepción. Todo empeora con el tiempo, se desgasta, la piel, las caras, los vínculos.

Nos hemos destrozado durante años. Yo que hubiese desangrado a quién osase insultarte, tú que matabas por mí. ¿dónde estamos? sólo veo una pequeña autómata que observa tu sombra, la sombra de un antiguo héroe.

Mírame aquí, inmóvil, estúpido testigo de tu declive. Y cuando todo estalle, iré contigo. Como en Corazón de Dragón ¿te acuerdas? como en Corazón de Dragón.

sábado, 30 de septiembre de 2017

Malos hábitos

No es librarse, por un instante, de la ansiedad que desgarra el vientre a ciertas horas del día. No es un gesto rebelde, pues me faltan la fuerza y los medios para huir de mi (tu) preciada jaula de oro. No es la firme decisión de dejar de ser la niña buena de los ojos verdes y la voluntad dormida. Y, maldita sea, no es por que sea sexy. Tampoco por "encajar". No. Los sentidos siguen atrofiados. el valor sigue brillando por su ausencia y  disfruto de esta tendencia antisocial, lentamente, como se disfruta de una copa de coñac. No es por tomar el control, ni siquiera por dejarlo ir.

Fumar me atrae por su caracter autodestructivo.


viernes, 8 de septiembre de 2017

Hilo rojo

Tokio es una ciudad con demasiada luz. Una ciudad ingrata para los insomnes, una ciudad que se niega a acostarse. ¿Cómo conciliar el sueño, con todas esas luces, con esa extraña mezcla de ritmos?

Por eso no duermo, por eso, en lugar de dormir mis pies me llevan entre las calles, entre los ríos de gente. Es ahí donde te encuentro, con ese toque extranjero, exótico. Es ahí, en mitad del bullicio imparable, donde tus ojos azules se clavan en los míos. Y somos cómplices por un instante, en realidades irreconciliables, somos cómplices del insomnio.

Porque esta noche no buscas carnavales, ni el efímero elixir de los besos ajenos. En este momento te reconozco. Tú y yo, en nuestra diferencia insalvable, en nuestro abismo, somos iguales. Y se que si te hablo, extranjero, si me apropio de tu lengua y reclamo tu atención se romperá el frágil vínculo trazado por azar entre nosotros.

Y te marcharás corriendo, dedicándome una mirada de desconfianza y asco. Si me acerco demasiado se deshará el espejismo, aquel del que jamás fuiste consciente. Por eso te pierdo de nuevo, entre ríos de gente, consciente de que somos, en alguna parte, cómplices del insomnio.

sábado, 6 de mayo de 2017

OLVIDO

Bañábanos la luna, herida de blancura y grito.
de colmillo afilado, de cuchillo en el vientre.
Y te dije:

Si fuera Battle Royale, si tuviésemos que luchar hasta la muerte,
mataría sin prisa cada brizna de hierba.
Mataría a mis padres, a esa niña que corre,
cabalgando insolente su inocencia.

Bañaría de sangre los vientres de las madres,
la esperanza.

Después, hundiría el cristal en mi propia carne,
hasta que en tu sonrisa de victoria,
brillase la supervivencia.

Es lo más bonito que jamás me han dicho, respondiste.

Pero lo olvidarás, pensé.


Y lo olvidaste.

miércoles, 19 de abril de 2017

Autorretrato

"Odio a la gente, Bea. Bueno, odio la máscara que me tengo que poner ante la gente"  J.M.P, mi padre.


¿Podéis ver mi mundo imperfecto? Admirarlo. Analizar la falta de proporción de ese retrato, la insultante ausencia de compromiso para intentar mejorar los trazos. Sí, miradla, ella siente la necesidad de pintar sin saber pintar. Ella canta aunque con sus alaridos deje sordos a los jilgueros. Sí, miradme, vosotros que me habéis juzgado durante todos estos años.

Contemplad la viva imagen del fracaso. Eres fea, no te enteras de nada, siempre ausente, torpe para relacionarte, incapaz, inútil, loca, lunática, demasiado tímida, gorda, guapa a excepción de la mandíbula, casi guapa, sosa, poco interesante, tonta.

Os comparto mi verdad: este es mi mundo imperfecto, interno, mi refugio. Lo he decorado con paisajes de oleaje, con el murmullo del Mediterráneo, con la paz de la selva amazónica. A veces me entiendo mejor con los árboles que con las personas.

Excéntrica, pero no terriblemente atractiva. Excéntrica. A secas. Siempre dispuesta a solucionar vuestros problemas aunque necesite no hablar con nadie, por una maldita vez.

¿Sabéis que? en mi mundo imperfecto, en mi refugio, vuestra vida de máscaras no vale nada, ese estatus que perseguís no sirve para nada. Ten mucho dinero, antes de los treinta vive independiente, un buen trabajo, una relación estable, una hipoteca, una buena reputación. No vale absolutamente nada. Conversar sobre la efectividad de una marca de maquillaje es lo más absurdo y aburrido del universo. Las envidias, las comparaciones, el maldito egocentrismo no puede ser más inútil.

En mi mundo, estoy sola, y me torturo, y me salvo, y me aíslo, y no existen las máscaras.



lunes, 17 de abril de 2017

Sobre ti no escribo

No escribo. Sobre las bendiciones, no escribo. De los abrazos, las sonrisas, la risa imbatible, poco o nada sé decir. De tus ojos de indio, el olor de tu pelo, y tu nariz perfecta nada cuento.

Esta estúpida y melancólica inspiración se nutre de la tragedia y, mis torpes dedos, únicamente han aprendido a retratar el rostro de la tormenta. Demasiados años reteniendo en mis labios el sabor agridulce del fracaso, adicta a los golpes en la pared.

Sobre ti no escribo. Sobre estos cuatro años de felicidad, de  realidad apabullante. Sobre los obstáculos vencidos a a golpe de amor, las horas perdidas entre películas terribles y transbordos en Burgos. Y tu voz, siempre atenta al otro lado del teléfono. Esa voz. 

No, no logro novelar la sedienta madrugada en la que una joven temblorosa  narró su dramática historia , aquella historia de fracasos, trenes y autodestrucción. No hablo de como, después de escuchar paciente, sólo respondiste. ¿Y ahora qué?  Ella respondió, quizás, y de pronto, el valor volvió a sus ojos y un gesto de decisión apareció en su rostro, declarando la guerra a la eterna inseguridad.

El rojo de tus labios declaró: "el llanto  jamás encierra belleza", y tus manos recorrieron recovecos inexplorados de una selva prácticamente virgen. Desde entonces, nos hemos curado las heridas, incluso los rasguños grabados con nuestras propias uñas, en el corazón del otro.

Desde entonces, cada día agradezco a la diosa fortuna las casualidades que nos hicieron chocar de bruces. Este amor de belleza, de miradas cómplices. Este amor que consigue que una sola conversación valga una vida entera. 

Sólo ahora, cuando me aproximo al abismo y el estómago me da un vuelco al imaginar la posibilidad de una separación definitiva, ahora, en este instante de pánico, escribo. 

A mi indio navajo, a mi amor. 



jueves, 16 de marzo de 2017

Los Idénticos

"Rebusco en la memoria                                         
el rincón donde perdí la razón, 
y la encuentro donde se me perdió 
cuando dijiste que no" 

"Siempre, siempre te alejas en las tardes,
hacia donde el crepúsculo corre borrando estatuas"


Ha muerto. "Inquieta, insegura, interesante" rezan temblorosas las letras en su lápida. Tú la escribiste ¿recuerdas? te preguntaron cuáles serían las palabras más adecuadas y, sonriendo, dijiste "inquieta, insegura, interesante". Y exclamaste que nadie olvidase que sus ojos verdes encerraban la belleza del universo, que a sus diecinueve años había sido la musa de más de un millar de artistas torturados.

Tú también has muerto. Ocurrió en el instante en el que alguien arrancó tus ojos, dejando tan solo dos cuencas vacías. Antes de morir ella los buscó hasta la extenuación, observó con detenimiento cada imagen,  hasta que la decepción la desarmó por completo.

Ahí están ellos, los idénticos, continuando vuestras vidas por caminos irreconciliables. Los ojos de ella ya no encierran universos y los tuyos han sido sustituidos por una mala copia. Los idénticos han olvidado día tras día vuestros incendios, a fuerza de atardeceres acumulados, oficinas y trabajos precarios.

Pero a veces, cuando llega la noche, ella, la idéntica, se rinde al sueño. Entonces sucede. Se produce la resurrección, el reencuentro, el retorno de los incendios. Ella corre, vence cualquier obstáculo para alcanzarte, como antes, como siempre. Y tú la esperas, y le sacas uno a uno los alfileres, los mismos que clavaste en su espalda con tus propias manos. De pronto, encuentras al fin las palabras adecuadas creando, en un instante, el universo perfecto que en vida siempre le negaste. Pero las reglas no han cambiado, y te despides,  te marchas, como antes, como siempre.

La idéntica despierta algo confusa, envuelta en una extraña tristeza y, sin saber muy bien por qué, busca la imagen. Contempla a un desconocido cuyo nombre reconoce en algún rincón remoto de su memoria.Vuelve a esforzarse, pero no lo logra, no reconoce sus ojos. Incómoda, cierra el ordenador y piensa, no sin un cierto desencanto, en el día que le espera.





lunes, 9 de enero de 2017

Unicornio Azul

¿De qué habla "El Unicornio Azul" de Silvio Rodríguez?, ¿qué nos quiere decir utilizando tan bella metáfora?

Cuando nos obsesiona una canción, un poema, un libro, nos lanzamos ávidos a saber más, para tratar de entender que misteriosa fuerza llevó al autor/a a escribir las palabras que nos han atrapado, que vivencias le acontecieron, que sufrimiento o alegría le contagió para que haya creado una corriente que nos arrastra, que, en definitiva, nos con-mueve.

Sin embargo, el encanto de la literatura reside precisamente en el desprendimiento. En el momento de la creación, la persona que ha dado vida a las palabras pierde su poder para que nuevos ojos, nuevos oídos y nuevas mentes devoren sus ideas y las hagan suyas. Para que nos identifiquemos, trasladando las propias vivencias a palabras ajenas. Así, mi forma de entender La Campana de Cristal de Sylvia Plath será radicalmente distinta que la de una adolescente estadounidense que la leyera hace veinte años, y, desde luego, se alejará con creces de las pretensiones de la autora al escribirla.

Cuando Nieztsche lanzaba al aire la siguiente pregunta: ¿quién habla?, Foucault atisbaba una posible respuesta en la afirmación de Marllarmé: "la palabra misma", borrándose a sí mismo de su propia obra. La palabra literaria logra hacer desaparecer al sujeto, constituye la experiencia del exterior, del afuera, plantándole cara a un pensamiento que tiene la particularidad de encerrar al sujeto en sí mismo.La experiencia literaria moderna ya no resulta relevante quién habla sino ese murmullo literario mismo, ese fluir, esa marea de palabras enloquecidas, lo verdaderamente importante no es otra cosa que el habla misma que cobra vida y lo invade todo con su danza salvaje.

Me encierro ahora una y otra vez en el Unicornio Azul, que para mí, es la pérdida de un aspecto fundamental de mi misma, probablemente irrecuperable. Y, si la escucho dentro de diez años quién sabe que más habré perdido, quién puede decirme hoy que nueva esperanza enterrada encarnará el esquivo unicornio.

 El acto de crear se convierte así en un oasis comunicativo, en el que las obras no se agotan en un contexto determinado, sino que son reinterpretadas y reinventadas constantemente, mientras la autoría se pierde sin remedio en la imparable marejada humana.