jueves, 24 de octubre de 2019

Ave Fénix


Detrás de cada imagen estática hay un mosaico de gestos, un pensamiento itinerante, una mirada única y múltiple al mismo tiempo. Detrás de cada imagen femenina hay un grito ahogado, un nido de serpientes hambrientas, un enjambre de avispas. Somos lienzos agrietados somos, supervivientes. Cuantos más años, más grietas en el alma y en cuerpo. Ella habla del peso de la culpa, de un abismo de sangre, vísceras y leche materna. Ella narra su experiencia desde la distancia y en sus ojos todavía brilla un destello de dolor agudo. Ella grita y en su grito resuenan todos los vientres perforados, todas las culpas asociadas, todas las noches sin dormir con los ojos como platos. Resuena el sonido de la ambulancia y un sinfín de comentarios hirientes e impertinentes. Detrás de cada imagen femenina hay un océano de incomprensión e injusticia pero también hay millones de voces que gritarán al unísono, millones de oídos dispuestos a escuchar, millones de manos dispuestas a escribir por todos los confines de este mundo una definición propia: “Somos el Ave Fénix”.