domingo, 19 de enero de 2020

Experiencias de extranjería.

Cuando el extranjero reconoce su extrema fragilidad, un atisbo de libertad brilla entre sus dedos. Cuando el esclavo es consciente de sus cadenas y besa en silencio la gravedad de su peso, se sabe de pronto libre. Has mordido suavemente el polvo, lamido con avaricia la mugre de las baldosas. En el fondo, cada palabra que antes encerraba un significado distinto, sabe a vacío y abrasa. En el fondo, estás desnudo, infectado y gravemente herido.  El objeto de tu deseo, desfigurado, ríe desde las alturas. En el fondo estás vendido y eres, de nuevo, libre.



Levántate.



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