sábado, 30 de septiembre de 2017

Malos hábitos

No es librarse, por un instante, de la ansiedad que desgarra el vientre a ciertas horas del día. No es un gesto rebelde, pues me faltan la fuerza y los medios para huir de mi (tu) preciada jaula de oro. No es la firme decisión de dejar de ser la niña buena de los ojos verdes y la voluntad dormida. Y, maldita sea, no es por que sea sexy. Tampoco por "encajar". No. Los sentidos siguen atrofiados. el valor sigue brillando por su ausencia y  disfruto de esta tendencia antisocial, lentamente, como se disfruta de una copa de coñac. No es por tomar el control, ni siquiera por dejarlo ir.

Fumar me atrae por su caracter autodestructivo.


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